En estos pocos versos nos muestra las contradicciones entre el mundo infantil y la enseñanza de su época, muchas de las cuales, se siguen manteniendo.
Decía María Motessori que el periodo educativo más importante, en la vida de un alumno, no es el universitario si no el que va desde el nacimiento hasta los seis años.
En palabras de Ken Robinson “las escuelas matan la creatividad” a partir de los seis años. Y las investigaciones sobre el potencial creativo confirman que los escolares alcanzan el máximo (un 98%) a los cinco años. A los 10 años se ha bajado a un 32% y, a los 15, el descenso ha llegado al 10%.
En el siglo XIX, Mark Twain llegó a escribir:“Nunca he dejado que la escuela interfiera con mi educación”.
Para cerrar en positivo esta entrada, hay que decir que, en cualquier momento de la vida, la creatividad puede ser estimulada y desarrollada, con los límites de las características mentales personales y las derivadas de la edad.
Jerónimo García Jorquera
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