“Tras la cerrada ovación que puso fin a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y deconstructivistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto, las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
—¡Qué sintagma!
—¡Qué polisemia!
—¡Qué significante!
—¡Qué diacronía!
—¡Qué exemplar ceterorum!
—¡Qué Zungenpitze!
—¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: “Cosita linda.”
¿Quién poseía realmente competencia comunicativa: los expertos lingüistas o el ordenanza?
Fuente: Conferencia Magistral de Carlos Lomas: "El poder de las palabras". https://www.youtube.com/watch?v=2xwLyHNK2AM
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