sábado, 8 de diciembre de 2018

EL ORIGEN DEL NOMBRE DE MAZARRÓN

 Por Jerónimo García Jorquera

 Artículo publicado en la Revista de Fiestas, Mazarrón 2018

En la segunda mitad del siglo XV, el conjunto formado  por  las instalaciones industriales situadas en torno al cerro de San Cristóbal, germen del actual núcleo urbano, era conocido como “Casas de los Alumbres del Almaçarron”, aunque  a nivel local se denominaban casas mayores, para diferenciarlas de un pequeño y antiguo poblado (casas menores) situado junto a la rambla de las Moreras. Un siglo después, en 1572, el año de la segregación de Lorca, la denominación oficial de nuestro municipio era “Villa de Almaçarrón”, que pronto se convirtió en Almazarrón. En el siglo XVIII empezó a escribirse sin la primera sílaba “Al”, posiblemente para diferenciar Almazarrón con mayúscula (municipio) de  almazarrón con minúscula (tierra roja llamada almagra).

Hasta aquí no hay dudas sobre la evolución del nombre de nuestro pueblo.  Las incertidumbres surgen en cuanto al origen del término “Almazarrón”. 
Sobre esa cuestión hay dos teorías. Para unos, la voz “Almazarrón” es de procedencia exclusivamente árabe. Otros afirman que tiene raíces romanas. La duda se resume así: ¿fue la almagra la que dio nombre a Mazarrón o fue Almazarrón el que dio nombre a la almagra?

¿Origen árabe? 
Todo parecía indicar que Almazarrón evolucionó  del término árabe  “misr” o “almisr”, que significaba arcilla o tierra roja, nombre aplicado al almagre o almagra, y que  pudo castellanizarse  con la forma  “almazarrón”.  Según esta teoría, el origen de Almazarrón se justificaba  al ser un lugar caracterizado por el color de la almagra (“almisr”), subproducto de la fabricación del alumbre, que cubría de rojo buena parte de su territorio, tras  iniciarse la producción del dicho alumbre en la segunda mitad del siglo XV.  Pero, frente a esta teoría, surge un problema: hay un documento datado en 1428, que habla del territorio de “Maçarrón”.  Se trata de una carta real en la que, refiriéndose a la cría de halcones, se lee:
              «…en las yslas de las mares de Cartagena e del Maçarron e de las Aguilas…»
En este caso, el término “Maçarrón” se refiere, no al núcleo urbano inicial, sino al territorio comprendido entre  la costa (conocida como la marina o Susaña) y las  sierras Almenara y Algarrobo.   Es decir, el nombre Maçarrón ya existía en una época en la que no hay constancia (por el momento) de  que hubiera, en nuestras tierras, explotaciones de alumbre.  Eso significaría que el origen del nombre de nuestro pueblo es otro y que la palabra “Maçarrón” es anterior a la citada época minera.


¿Origen romano?
La segunda teoría remonta los orígenes de “Almazarrón” a la época romana. Según la misma, resultó de dos vocablos romanos: “masa” o “marsa” (puerto) y “ron” (romano) Durante la edad media, por influencia árabe, se transformó en marsà al-rün”  que se convertiría en “Maçarron”. Después  se antepuso “al” y se fusionaron en un vocablo único hasta convertirse en Almaçarrón, que significaría “el puerto romano”. Efectivamente, a comienzos de la era cristiana, Mazarrón era un municipio muy importante, como se demuestra por los cotos mineros explotados  y los más de 80 yacimientos romanos descubiertos.
Así cobra sentido la denominación de Casas de los Alumbres de Almaçarrón, que hacía referencia a las Casas de las fábricas de Alumbres del lugar denominado Almaçarrón. La palabra almagra, pues, no dio origen al nombre de Almazarrón, sino más bien al contrario:  Almazarrón (nombre del territorio)  fue la palabra que acabó sustituyendo a almagra y, así, en muchos lugares fuera de nuestro pueblo, llamaban almazarrón a la tierra roja, del mismo modo que, al decir un Jumilla o un Rioja nos referimos al producto vino, sustituyéndolo por sus lugares de origen (metonimia).
Esta teoría es la más aceptable a la luz de los conocimientos actuales.

¿Origen prerromano?
Y, a partir del origen romano, seguimos, ampliando la segunda  teoría, remontándonos en el tiempo con una hipótesis  que no goza de respaldo histórico. La idea la difundió, hace más de un siglo,  Eulogio Saavedra  y Pérez de Meca en su libro “Mastia y Tarteso”. Esta suposición se remonta a la Iberia anterior a la época cristiana y propone la posibilidad de que la ciudad de “Mastia” se encontrase en la parte más profunda del golfo  de los massienos. En una época de tantas imprecisiones cartográficas, la descripción de la localización podría aplicarse tanto a Cartagena como a  Mazarrón.
Siguiendo esta teoría, el vocablo “Mastia” se convertiría en “masa” o “massa” (después “maça” o “maza”), del mismo modo que Bastia se trasformó en Baza.  Y aquí enlazamos, con la teoría romana, aunque por distinta razón etimológica.  Según esta hipótesis la denominación de nuestro pueblo procedería de  “maça” y “rom”: Mastia romana.

¿Y qué decir del término Ficaria?
El nombre romano, “Ficaria”  (higuera) apareció en una de las estatuas de genios tutelares encontradas en la Serreta en el siglo XVIII. En el pedestal se lee:  “MUNICIPIUS FLAVIUS FICARIENSIS”. Por esa razón y por la abundancia de higueras, se asoció a nuestro pueblo,  pero los datos no respaldan suficientemente la identificación del topónimo con Mazarrón.

                                                                   Jerónimo García Jorquera
                           

Fuentes:
Alonso, S. (1973). Notas para la Historia de Mazarrón. Nogués: Murcia.
García, P. (1969). Panorámica de Mazarrón desde la mina Aurelia [Fotografía]. Procedente del Archivo fotográfico Paco García.
Hernández Carrasco, C. V. El árabe en la toponimia murciana. Recuperado de:  https://digitum.um.es/jspui/bitstream/10201/21880/1/05%20El%20arabe%20en%20la%20toponimia%20murciana.pdf
Pocklington, R. (1985).  Seis voces de origen árabe. Revista de Filología Española, vol. LXV nº1/2. CSIC.

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