sábado, 5 de diciembre de 2015

UN LICOR... ¿PARA LOS PROBLEMAS DE LA VIDA?

    Algunas películas contienen  frases, imágenes, canciones o diálogos que no se olvidan, como por ejemplo “Te haré una oferta que no podrás rechazar” (El Padrino I), o “Nadie es perfecto” (Con faldas y a lo loco), “Siempre nos quedará París” (Casablanca), o el baile con paraguas (Cantando bajo la lluvia).
    En el film “Las nieves del Kilimanjaro”, que comenté en mayo,  hay un diálogo maravilloso que trascribo a continuación.

    El contexto en el que hemos de situarlo es el siguiente: Marie-Claire, desconcertada por las contradicciones morales surgidas como consecuencia de haber denunciado al ladrón que le robó sus ahorros, se sienta en la mesa de un bar. El camarero se acerca.

- ¿Le pongo algo?
- Algo que me anime, por favor.
- ¿Para qué es?
- ¿Perdone?
- ¿Qué quiere superar? ¿Un mal de amores, una disputa en el trabajo, un embrollo familiar?
- ¿Cambia algo?
- Todo… lo cambia todo. Porque, para el amor y para usted, con su edad, su cuerpo y su belleza, no lo dudaría. Yo diría un Marie Brizard.
- (Atónita) ¿Por qué?
 - (Sentándose a su lado). Lo único que le puedo decir, es que el sabor del anís que se deposita en los labios, es como un beso de sabor dulce. El azúcar se queda en la boca y se esconde detrás de cada diente, como dos enamorados en una cama o en un campo de margaritas. Y solo tiene 25 grados. Veinticinco grados no son demasiados, porque demasiados lo borrarían todo y, la verdad, es que nunca se quiere borrar todo de un mal de amores. Y además le añadiré dos hielos para que sea perfecto, pues el frío realza el sabor y también sirve para allanar el terreno a otra historia, porque un mal de amor… ¿qué es? Solo la preparación para una nueva felicidad, es una puerta abierta a otras alegrías… ¿Un Marie Brizard entonces?
- No, es que… no es mal de amor. Es algo mucho más complicado.
- ¿Como qué?
- Como… ¡la Vida!.
- Ya, la Vida. Entonces un Marie Brizard no es lo mejor. Pero espere. Para la vida tengo esto. 
(Va a la barra y vuelve con una botella y una copa, se sienta de nuevo junto a ella y le sirve).
- Venga, pruébelo.
- (Bebe). Es bueno. Es fuerte, pero no demasiado. ¿Qué es?
- Metaxá, de Grecia, directo del Sol. Vamos, bébaselo, le pondré otro.
- ¿Otro?
- Dos, para la vida son dos. Y, al segundo, le invito yo.


    ¿No es para enmarcarlo? 
   Y ahora… ¿en qué sección del blog lo incluyo? ¿En creatividad por su originalidad? ¿En escritura por la sencilla belleza del diálogo? ¿En valores humanos?

                                                                   Jerónimo García Jorquera

Imagen obtenida de este vídeo:  https://www.youtube.com/watch?v=Xv9kqOlPYK4
 (Versión original en francés)

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