Y la gente se quedó en casa.
Y leía libros y escuchaba.
Y descansaba y hacía ejercicio.
Y creaba arte y jugaba.
Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto.
Y se detenía. Y escuchaba más profundamente.
Algunos meditaban.
Algunos rezaban.
Alguno bailaban.
Algunos hallaron sus sombras.
Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
Y la gente sanó.
Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia
y el peligro, sin sentido y sin corazón,
la Tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo,
lamentaron sus pérdidas,
tomaron nuevas decisiones,
soñaron nuevas imágenes,
crearon nuevas formas de vivir
y curaron la tierra por completo,
tal y como ellos habían sido curados.
Fuente imagen: http://www.editoriallapaz.org/esepranza-tierra-nueva-ancla-alma.html
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