miércoles, 22 de junio de 2016

AMALIA BAUTISTA: POESÍA CON TERNURA, INGENIO Y PASIÓN

    Amalia Bautista nació en Madrid en 1962. Es licenciada en Ciencias de la Información y trabaja en el gabinete de prensa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
    Escribe sobre las grandes cuestiones de la vida cotidiana con sencillez y desenfado.  Mediante un lenguaje muy claro,  casi coloquial, expresa una profunda ansiedad en todos lo ámbitos de la existencia:  el amor o desamor, los sueños improbables, los objetos o seres más queridos, la tristeza que provoca zozobra, esos pecados con los que convivimos día a día... 
     Ingeniosa, tierna y pasional, su poesía también nos asombra por la continua extrañeza ante las contradicciones de la vida cotidiana y por los inesperados cambios de emoción y de conclusiones lógicas.
     Pero su sencillez es sólo apariencia, ya que surge de un intenso trabajo literario. de una reelaboración continua, mediante la cual, la poeta demuestra la gran importancia que da al aspecto formal de sus versos: la sonoridad de las palabras, la cadencia de las frases, el ritmo más literario que musical o el uso del endecasílabo blanco nos dejan esa sensación de la poesía bien hecha, realizada con la paciencia suficiente como para que los sentimientos estén presentes con fuerza, pero con una agradable contención reflexiva.
    Entre sus poemarios se encuentran:  Cárcel de amor, Cuéntamelo otra vez, La casa de la niebla. Antología, Hilos de seda, Tres deseos, Poesía reunida o Luz del mediodía. Antología poética. 

    A continuación leemos algunos de sus poemas.


Cuéntamelo otra vez

Cuéntamelo otra vez: es tan hermoso       
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.



Desnudo de mujer

Para ti nunca fui más que un pedazo        
de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo,
un cuerpo de mujer blanco y hermoso,
en el que nunca viste más que piedra
y el orgullo, eso sí, de tu trabajo.
jamás imaginaste que te amaba
y que me estremecía cuando, dulce,
moldeabas mis senos y mis hombros,
o alisabas mis muslos y mi vientre.
Hoy estoy en un parque, donde sufro
los rigores del frío en el invierno,
y en verano me abraso de tal modo
que ni siquiera los gorriones vienen
a posarse en mis manos porque queman.
Pero, de todo, lo que más me duele
es bajar la cabeza y ver la placa:
«Desnudo de mujer», como otras muchas.
Ni de ponerme un nombre te acordaste. 


Pide tres deseos

Ver el alba contigo,
ver contigo la noche
y ver de nuevo el alba
en la luz de tus ojos.


Aquí la puedes escuchar recitando sus poemas:
http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22566&l=1

Y aquí la escuchamos (a partir del minuto 20) en una conferencia sobre su propia obra poética:
http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22565&l=1

                                                                                           Jerónimo García Jorquera

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